Damon Wayans, Jeff Goldblum y Jim Carrey (tuneados de marcianos!) con Geena Davis.
La década del 80 fue un manantial de agua viscosa, burbujeante de delirios fílmicos extremandamente deformes. Las reuniones de producción deben haber sido maravillosas:
"- Hola, quiero dinero para hacer una pelicula sobre unas momias fluorescentes que aterrorizan un jardín materno infantil. Obvio que el alma de un guerrero milenario reencarnada en un niño armado con un chupete mágico que le da poderes - muy poderosos y muy mágicos- es el heroe salvando a niños y seños. Con magia. Con explosiones. Ah! y con estrellitas que aparecen al explotar las cosas magicamente.
- Brillante, aquí tiene el dinero. Y Comprese chupetines con el vuelto; vaya m'hijo, vaya."
Solo en ese momento de la Historia estuvo todo dado como para concretar proyectos tan alocados como los que resumiremos a continuación. -Leer la siguiente frase en tono solemne- Hoy convertimos nuestros recuerdos en canapés para rescatar esos brutos diamantes de las arenas del olvido. -Listo, cancele el tono solemne-. Para que Avatar (uy uy uy, somos azules, ecológicos y digitales) no nos haga olvidar la sangré de mentira, la baba de gelatina sin sabor y los monstruos de goma espuma.
Por que estas películas son como el primer auto que te tuviste: barato y destartalado pero lo querías.
Como la primera comida que te cocinaste: horrenda pero con sabor a victoria personal.
Como tu novia de la primaria: fulera la loca pero que gauchita!
A degustar que se acaba el mundo.
N de R: Vieron, vieron, lo notaron???. Hablé de los 80 pero sin decir "bizarro" ni una sola vez.
Otro merito de Canapé de Cine!.
El Mundo Es Tuyo
Hace 13 años
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